"La reina sin espejo" de Lorenzo Silva.
Ed: Destino. 2005
Leer a Lorenzo Silva es una apuesta segura cuando se trata de seguir los pasos a la atípica pareja de guardia civiles Bevilacqua, a quien todo el mundo llama Vila, y Chamorro. (Pareja cuyos rostros no puedo dejar de asociar ya a los de Roberto Enriquez e Ingrid Rubio desde que vi la adaptación al cine de "El alquimista impaciente").
Para los que no hayan leído nada sobre el sargento y la cabo diré que me refiero a ellos como "atípica pareja" poniendo en mi boca las palabras que Altavella, uno de los protagonistas de este libro, dice sobre ellos:
"Me había hecho otra idea de ustedes, de cómo serían. No imaginé que iba a hablar con alguien que ha ido a la universidad, que conoce a Corelli y escuca a Raimon... Me disculpará si le ofende, pero no es eso lo que asocio a un guardia civil."
Desde la primera página la prosa de Silva nos sumerge en la investigación criminal y no nos suelta hasta la última página. En "La reina sin espejo", el mejor de los cuatro libros publicados hasta ahora sobre Vila y Chamorro y novela negra pura y dura, pasa otro tanto de lo mismo. De un tirón asistimos al esclarecimiento del asesinato de una conocida periodista en Zaragoza y acabamos en Barcelona, en donde se nos pone al día de la compleja realidad que ahí se vive al convivir policías, mossos y Guardia Civil.
Aparte de la trama criminal observamos los estragos del paso del tiempo (Vila más desencantado y cenizo, Chamorro más curtida,...). Tenemos unos personajes más maduros, y prueba de ello es el pasaje en el que Vila, impulsando el relevo generacional, ordena a Chamorro practicar el interrogatorio del principal sospechoso, para que adquiera experiencia.
Por otra parte, es cierto que en ocasiones Vila puede llegar a ser un pedante y un redicho -y en este libro más que en los anteriores sobre todo en conversaciones mantenidas con Altavella- pero se le perdona porque cuando leo a Vila la sensación que tengo es la de que todos somos Vila. Es un hombre normal tratando de hacer su trabajo. A veces resignado, otras complacido y siempre repartiendo sus pensamientos y/o aforismos por todas las páginas ya sea en un atasco ya sea interrogando a detenidos o bien pintando vencidos soldados de plomo:
"Mucha gente no lo sabe, pero el orgullo salva más baches que la esperanza"
"Proporciona una deliciosa satisfacción ver que un día que empezó mal se va enderezando, y más cuando ello no se debe al afán o el mérito de uno, sino a la súbita conjura en favor de los dioses. El hombre ha malgastado litros de tinta ensalzando el valor del sacrificio; nada conforta tanto como sentir que sales adelante de pura potra."
"Quizá la sabiduría de un hombre no se mida tanto por las luces que adquiere como por las sombras de las que acierta a despojarse en el camino de la vida".
En resumen, un gran libro que recomiendo a todos los amantes de la novela negra.
2 comentarios:
Me gusta mucho la serie y la voy siguiendo desde sus inicios, me gusta sobre todo ese guardia civil fatalista de Bevilacqua y la relación ambigua que mantiene con su ayudante. A ver si se anima Silva y los lía de una puñetera vez, que esto parece Luz de Luna...
Pues yo espero que no los líe. Esa tensión entre ellos es parte de la gracia de estas novelas.
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